LOS EXCLUIDOS DE LA CASEN
Por Yerko Villanueva, jefe de operación social territorial de Hogar de Cristo.
Los resultados de la encuesta CASEN 2022 en la región de Los Lagos nos presentan una dura paradoja: a primera vista, la disminución de los índices de pobreza, con una reducción de 4.5 puntos porcentuales en la medición por ingresos y del 4.9% en la tasa de pobreza multidimensional respecto a los dos años posteriores al inicio de la pandemia, podría parecer un triunfo innegable.
Pero, al ir al análisis detallado de números y gráficos, la verdadera complejidad de la pobreza emerge, revelando una realidad mucho más profunda y compleja.
En Los Lagos hay más de quinientas personas en situación de calle, según el registro del Ministerio de Desarrollo Social y la Familia, focalizándose el mayor porcentaje en las comunas de Puerto Montt y Osorno. Este grupo poblacional no es considerado por la Encuesta de Caracterización Socioeconómica. Y las cifras que se manejan no se condicen con lo que quienes trabajan diariamente en contacto con la pobreza, como nuestros voluntarios o trabajadores en las hospederías de Hogar de Cristo, ven a diario. Ellos aseguran que hay otros cientos más, invisibles al universo de las estadísticas oficiales.
Hoy existen dos ejes esenciales para abordar esta realidad lamentable: la necesidad de refugios para personas que no tienen dónde estar, como la nueva Hospedería que inauguraremos en los próximos meses y que contará con nuevos y mejores estándares de calidad y, lo más difícil, una solución definitiva, que necesariamente pasa por programas de otro nivel, como “Vivienda Primero”.
Un programa social presente en Santiago, Concepción y Osorno, que hasta ahora ha beneficiado a más de quinientas personas. Y es, sin duda, una de las políticas públicas más revolucionarias que se han aplicado nunca en Chile, porque entrega justamente un techo sin pedir nada a cambio a mujeres y hombres con más de 5 años en calle y de más de 50 de edad.
Lamentablemente, aunque las personas en situación de calle crecen, los presupuestos no lo hacen. Este año, el destinado a Vivienda Primero es de 28 mil millones de pesos, pero sin reajuste de IPC, lo que hace peligrar su viabilidad porque los arriendos y el costo de la vida suben. Peor le fue al programa Noche Digna, que sufrió recortes.
Tras la publicación de los resultados de la CASEN 2022, los titulares iniciales fueron optimistas: “Histórica disminución de la pobreza”. Sin embargo, esta positiva noticia no incluye a los invisibles, que son los hombres y mujeres que no tienen ni siquiera un techo para cobijarse.
Una omisión que no solo es una injusticia, sino que socava la validez de un indicador que debería reflejar la verdad de la pobreza en toda su complejidad.