Los conflictos sin solución en Calbuco

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La falta de agua potable y la inexistencia de sistemas de tratamiento de aguas servidas, son de larga data y se ha hecho más evidente con el aumento de la población.

San Rafael en Calbuco es una de las zonas más habitadas en la comuna compuesta por 14 islas, y el problema de falta de servicios de primera necesidad, como agua y luz, es histórico.

Las autoridades anteriores encabezadas por el alcalde Rubén Cárdenas del Partido Radical, que estuvo 28 años en el cargo, nunca lidero algún proyecto que permita solucionar esta problemática, que en su administración ya tuvo varias protestas, como la realizada a fines de 2019, justo en pleno estallido social, pero que no tuvo resultados para los habitantes de San Rafael.

La situación se ha tornado critica, y ha desnudado una realidad que no estaba clara, pero que los vecinos se encargaron de revelar.

Varios sectores habitados de Calbuco, y en los alrededores de San Rafael hay barrios en el radio urbano, que siguen conectados a los comités de Agua Potable Rural (APR) o al agua predial.

La falta de agua y la gran cantidad de población conectada a estos sistemas que no son de de la empresa sanitaria ha provocado un colapso que ha hecho que cerca de 1200 familias se encuentren sin el vital elemento. Algunos días han tenido agua, pero con mínima presión.

San Rafael es un problema sanitario, sin un buen sistema de agua potable y menos alcantarillado para el tratamiento adecuado de las aguas servidas y con un constante incremento demográfico. En el verano el olor en este punto de Calbuco, delata la gran cantidad de pozos negros que aún son utilizados.

AGUA PREDIAL

Se estima que en la zona de San Rafael Alto, son alrededor de 10 los comités y juntas de vecinos que están adheridos al sistema de agua predial, lo que está diseñado para entregar agua a los animales, es decir sin tratamiento sanitario.

Claudio Paillán, dirigente del comité de agua predial de San Rafael Alto reconoce que son dos los problemas para dotar de agua a las más de 1200 familias. El pozo bajó su nivel al mínimo y la demanda creció significativamente.

“Tengo que parar las bombas de impulsión para que el pozo tenga tiempo de recuperarse. En verano las napas subterráneas bajan su caudal y cuesta aún más el llenado de las bombas. El pozo fue hecho para 150 familias, pero hay más de 1000 conectadas”, asegura el dirigente.

Explicó que hace un tiempo la bomba del pozo profundo se quemó “funcionó 4 meses en forma normal y en diciembre empezó a bajar el caudal desde el pozo, y tras ello estuvimos 20 días con normalidad y se rompió una red matriz y se nos fue toda el agua y hace una semana no hemos logrado recuperar los niveles de agua de reserva y el agua que sale del pozo se consume en forma inmediata y no nos da tiempo de acopiar, y si hacemos ello debemos parar y esperar 8 horas para llenar los estanques”.

Explicó que “los equipos que estaban produciendo el agua predial se quemaron porque estaban funcionando en forma continúa. Los equipos nuevos están instalados, pero se acopian 30 mil litros y se van en forma muy rápida, y el problema es ahora en el verano que todas las napas están más bajas”, reiteró.

URBANO

Un factor relevante que menciona Paillán, tiene relación con las poblaciones en el radio urbano que aún siguen conectadas al sistema predial y de Agua Potable Rural.

Señala que en la zona urbana en la avenida Pedro Félix Oyarzún son alrededor de 500 familias conectadas al sistema predial siendo zona urbana. “El año pasado en mayo, la Municipalidad se hacía responsable de sacar a estas 500 personas del sistema predial, pero ello no ha pasado y si así fuera ayudará a mejorar la calidad que se entrega en San Rafael Alto”.

El dirigente contó que “todas las organizaciones que estamos adheridas a la red, están preocupadas, y ahora en pleno verano sin agua todos reaccionaron. Somos más de 10 organizaciones que buscamos que se desconecte a la avenida Pedro Félix Oyarzún para descongestionar”.

MUNICIPALIDAD

La Municipalidad de Calbuco para superar la emergencia dispuso de acopios de agua potable, para los vecinos de San Rafael Alto y alrededores.

Se habilitaron un total de 8 estanques para cubrir mejor otros sectores como San Sebastián. Casos específicos como adultos mayores y personas con dificultad de traslado son apoyadas con bidones para consumo en su hogar.

Juan Francisco Calbucoy, alcalde de Calbuco, dijo que están buscando las soluciones para la falta de agua en el sector El Molino y San Rafael Alto.

“Como municipalidad de Calbuco se está abasteciendo a la población con la instalación de estanques que son llenados por camiones aljibes uno grande y otro pequeño que permite ingresar a los pasajes estrechos, y se está entregando agua en forma directa a los domicilios de adultos mayores, pero paralelamente y consciente en la demora a la respuesta a los vecinos, se está avanzando en el proceso de ampliación del radio operacional en conjunto con Essal y presentación de los distintos proyectos que están en etapa de diseño y logramos concretar con vecinos de los predios colindantes la posibilidad de celebrar contrato de servidumbre de acueducto y de compra de terreno para que el emisario que lleva la descarga de las aguas servidas pueda llegar a la calle Pedro Félix Oyarzún y por ello se van a firmar los respectivos contratos y una vez ocurrido ello llegar a un acuerdo con Essal y buscar financiamiento a través del gobierno regional o la Subdere”.
Según Calbucoy, “este es un problema que se ha ido acrecentando porque a aumentado la población en el sector debido al crecimiento de los loteos producto de la migración de muchos vecinos del campo a la ciudad y por otras personas que llegan a vivir a Calbuco por la oferta laboral existente en cabotaje y en la industria salmonera”.

Este domingo hubo una protesta de cerca de 300 vecinos del sector afectado por la falta de agua en Calbuco, justo el día del llamado curanto gigante. La manifestación se levantó después que llegó el alcalde a conversar con la comunidad en plena carretera, antes de ingresar a la ciudad, cerca de las 13 horas. La protesta perjudicó la tradicional actividad gastronómica, sumándose a esta situación la intensa lluvia, lo que hizo que la cantidad de comensales bajara considerablemente.