Desde abril del 2018 las empresas que superen los 100 trabajadores en el país deben integrar a su equipo personas con alguna discapacidad. La Ley de Inclusión Laboral (21.015) fija un 1% de su planilla de personas contratadas. Cabe preguntarse si es suficiente este piso mínimo cuando existe consenso que como sociedad tenemos que avanzar con más oportunidades, especialmente, para mujeres que son más del 50% de la fuerza de trabajo en Chile.

 

Aún los empleadores ven como un favor la contratación de trabajadores bajo esta condición. En ocasiones, se nos ha mirado con lástima, se nos ha sobreprotegido por miedo a la discriminación del entorno. Una mirada al futuro nos dice que avanzamos no al ritmo que necesitamos, todo ha sido lento.

 

Las compañías deben comprender que con esta ley están permitiendo ejercer el derecho al trabajo digno, enriqueciendo la fuerza laboral de su organización desde su diversidad. Se deben mirar las fortalezas de las personas, sin importar su condición física. Hoy, la tecnología puede contribuir a la adaptación laboral de personas ciegas o sordas, por ejemplo. Lo importante es ofrecer las herramientas necesarias y confiar en el talento de sus colaboradores.

 

Se acerca el Día de la Mujer y es oportuno preguntarse ¿cuántas mujeres en situación de discapacidad tienen la posibilidad de trabajar? ¿cuántas de ellas, teniendo hijos, pueden hacerlo? ¡Estamos a tiempo de cambiar el diagnóstico!

 

Marisol Bañares, candidata constituyente por D25.